sábado, 28 de diciembre de 2019

FORTALEZA DE MASCA; El camino de los antiguos hasta la morra de la Galera.

ACTIVIDAD;  senderismo
Manuel Alonso y Damián Pérez, 26 de diciembre, 2019
DURACIÓN; unas cinco horas a buen paso saliendo desde Masca y subiendo al Mirador de Hilda por el PR TF 59. Si salimos desde el mismo mirador , nos ahorramos 20 minutos de subida y otros 20 de bajada a la vuelta.
Recorrido circular.
DIFICULTAD;  moderada. La senda no está homologada  pero está clara. El inconveniente es que pasa por tramos algo expuestos y no aconsejables para personas con vértigo.
ANOTACIONES.-
Recorrido por un antiguo camino , empedrado en muchos tramos que transcurre por un paraje  que nos permite disfrutar de  impresionantes vistas. Esta senda, utilizada antaño  por los lugareños para poder  llegar a los campos de cultivos ( cereales básicamente) más allá de los riscos de la Fortaleza de Masca tiene un indudable interés etnográfico. Sin duda , esta zona , transitada por los aborígenes , y con  interés arqueológico, también presenta otros atractivos. Junto al meramente paisajístico, el botánico es sin duda llamativo. Por el recorrido podemos ver especies endémicas entre los riscos y junto al camino, la tabaiba roja de Teno se muestra en todo su esplendor con otras como  las retamas  blancas ,  tabaibas dulce y amarga, verodes,  magarzas, salvias, amapolas, cabezónes, cardoncillos, jaras, chajorras de Teno, pencas de diferentes tipos , cardones, piteras, cerrajones, tederas, tasaigos, mato risco, balillos y  balos,  junto a  diversas clases de aeonium como  aeonium mascaense, aeonium haworthii, bejeque de Masca (Aeonium pseudourbicum) , pasteles de risco (grenovia aurea), etc. . La geología  y geomorfología es otro atractivo. Desde estos riscos divisamos los cauces  de barrancos profundos como los de Teno y Juan López ( a la derecha en nuestro recorrido) y unas buenas panorámicas  de la vertiente occidental del macizo de Teno, área en donde se dieron una de las primeras  manifestaciones de volcanismo en la isla de Tenerife, con materiales datados  de más de 7 millones de años de antiguedad  pues no olvidemos que estamos en uno de los  macizos antiguos  de esta isla ( junto con el de Adeje y Anaga ) y que por lo tanto presentan relieves abruptos caracterizados por la presencia de un intenso abarrancamiento, con barrancos de perfil en  "V " o cerrados e interfluvios en cuchillo, que originan unas agudas cresterías propias de relieves erosionados con cierta edad pero aun no viejos geológicamente . Por último otro atractivo son las vistas de sus acantilados, elevaciones  de hasta 500 metros  que caen al mar y que son reductos de flora y fauna.  En ellos nidifican un número importante de aves marinas y rapaces.
RECORRIDO.-
 Podemos partir desde Masca y tras coger el PR TF 59 llegar al Mirador de Hilda ( o Gilda ). Si salimos desde aquí nos ahorramos unos 20 minutos de camino de ida y otros tantos a la vuelta. Desde el mirador y frente a la señalización del PR  que continua a las Portelas, sale una senda que crestea hacia el mar. Pasa por un cuarto/ instalación de luz y primero va por la vertiente del barranco de Masca para luego cumbrear y crestear por arriba unos minutos para luego ya todo el camino hacerlo por la vertiente de los barrancos Retamar y Juan López que es el principal cauce por este lado. La senda va clara  y en muchas ocasiones deja ver un camino empedrado de enorme valor patrimonial. Cuando llevamos un rato por debajo de los riscos de Yeje, pasando este, encontramos una ingeniería de caminos realizada por los hombres que poblaron estas tierras. Veremos una senda empinada que aprovechando un tajo o barranquillo se levantó piedra a piedra para pasar a la zona alta ya pasado el risco de la Fortaleza. El camino nos llevará unas dos horas a buen paso y llegaremos a una zona de cultivos y bancales en abandono. La escorrentía se nota y deja huella aquí y es que la importancia de estas zonas de bancales era  y es fundamental no sólo  para sacar cereales  sino también para parar la escorrentía. En esta parte final, podemos encontrar una era y un aljibe, este más reciente, hasta llegar a la morra de la Galera. Esta última parte se hace cerca del acantilado y siguiendo unos pequeños mojones.


                                                     



















































































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