miércoles, 29 de agosto de 2018

SALAR DE UYUNI; UN MAR BLANCO ENTRE EL CIELO Y LA TIERRA


SALAR DE UYUNI; UN MAR BLANCO ENTRE EL CIELO Y LA TIERRA

                 El Salar de Uyuni es de esas maravillas del planeta Tierra que todo humano debería visitar y  disfrutar. En él, el hombre se siente pequeño, ínfimo ante la grandiosidad de la naturaleza, se contagia de una energía positiva que lo hace valorar la vida  respetando su entorno.
Formación
El área que hoy ocupa este desierto estaba cubierta hace 40 000 años por el lago Minchinnota  y posteriormente, hace 11 000 años, por el lago Tauca o Tauka.
​ En este período había fase de clima húmedo, con más lluvias que actualmente, estos protolagos alcanzaban una cota de alrededor de 100 m por encima del nivel actual. Posteriormente vino un periodo seco y cálido, que produjo una gran reducción de la superficie y volumen de los lagos andinos, originando así los salares de Uyuni y Coipasa además de las lagunas actuales. Los lagos Poopó y Uru Uru también son vestigios de estos grandes lagos prehistóricos.
CARACTERÍSTICAS
Existen aproximadamente once capas de sal, con espesores que varían entre menos de un metro y diez metros. La costra que se encuentra en la superficie tiene un espesor de diez metros. La profundidad del salar es de 120 metros, el cual está compuesto de capas de salmuera superpuestas y barro lacustre. Esta salmuera se compone de litio, boro, potasio, magnesio, carbonatos (bórax) y sulfatos de sodio. Un mineral muy interesante es la ulexita, la «piedra televisión». Es transparente y tiene el poder de refractar a la superficie de la piedra la imagen de lo que está debajo. A este salar se lo considera como la mayor reserva de litio, aunque es de muy difícil extracción por la falta de agua.
 Considerado el mayor desierto de sal continuo y alto del mundo, con una superficie de 10 582 km² (o 4085 millas cuadradas) y  situado a unos 3650 m. en el suroeste de Bolivia,  departamento de Potosí, dentro de la región altiplánica de la cordillera de los Andes.
MI VISITA
                    A mediados de agosto, después de mis aventuras montañeras y ante el temor de quedarme sin tiempo, me dispuse a visitar el Salar, eso sí, de forma lo más libre posible. Esto es tarea difícil pues las agencias tienen paquetes turísticos bastantes cerrados y a este lugar sólo se puede acceder en “jeeps” concertados. Intenté hacerlo en grupo pequeño y un guía lo menos ortodoxo posible. En total, seis personas y nuestro guía Miguel. A Uyuni me desplacé en bus. Unas 10 horas saliendo de la Paz un sábado a las nueve de la noche ( el bus salía a las ocho y media). La llegada fue a las seis de la mañana con un frío que pelaba. De allí, la señorita que nos esperaba nos llevó a una cafetería y luego ya en jeep, nos dispusimos a realizar nuestro tour, unos tres días mínimo. Primero visitamos el poblado al borde del Salar, Colchani, y vimos como se extraía y comercializaba la sal. Luego nos adentramos ya en el salar y lo que vimos nos dejó pasmados. Describirlo es imposible, mejor ver algunas fotos. Visitamos la isla del Inca, Incahuasy (Isla Pescado), un trozo de tierra en la nada blanco, lleno de cactus y que nos proporcionó unas vistas increíbles.  Por la tarde, seguimos nuestro camino y dormimos en una pequeña con habitaciones de sal y/o paredes con este elemento y otras argamasas. Al día siguiente, visitamos las lagunas de Cañapa, Hedionda, Chiarkota y Honda, adentrándonos ya en el desierto de Siloli y en la reserva Andina de Fauna  Eduardo Avaroa.































EL DESIERTO DE SILOLI Y LA RESERVA ANDINA DE FAUNA EDUARDO AVARO


        EL DESIERTO DE SILOLI Y LA RESERVA  ANDINA DE FAUNA EDUARDO AVARO

El  desierto de Siloli
                                 En el   suroeste de Bolivia,  departamento de Potosí, es considerado uno de los más áridos del mundo debido a las bajas precipitaciones que se da en la zona . Se encuentra a unos 5000 m. de altura y por eso no es extraño en invierno verlo con nieve .Sus fuertes y casi constantes vientos modelan todo un paisaje rocoso en el que destacan figuras pétreas como el famoso “ Árbol de Piedra”. Suele ser parte de rutas turísticas, ya que es la puerta de entrada a la Reserva Nacional de Fauna Andina Eduardo Avaroa  y en sus alrededores se encuentran  lagunas como Laguna Colorada y otras que albergan toda una fauna de flamencos y otras aves. Así mismo, se lo considera una parte del desierto de Atacama, el desierto más seco del mundo.

La Reserva Nacional de Fauna Andina Eduardo Avaroa
                          Su nombre se lo debe al  héroe boliviano Eduardo Avaroa. Se encuentra escondida entre las alturas de la Cordillera de los Andes, en el rincón más suroccidental de Bolivia, el área protegida más visitada del país, con al menos 40 000 visitantes al año. Las montañas de la reserva son las montañas andinas más altas de la frontera de Bolivia con Chile y Argentina. Están salpicadas con volcanes en erupción, fuentes termales, géiseres humeantes y fumarolas no en vano es una zona que pertenece al famoso cinturón de fuego del Pacífico . Es el área protegida más importante en términos de afluencia turística del departamento de Potosí; fue creada mediante Decreto Supremo (D.S. 112391​) de 13 de diciembre de 1973 y ampliada por el D.S. 183132​ de 14 de mayo de 1981 y el D.S. 184313​ del 26 de junio de 1981. Tiene una superficie de aproximadamente 714 745 ha y se encuentra a una altura entre los 4 200 y 5 400 m.s.n.m.. Sus lagunas, Cañapa, Hedionda, Chiarkota , Honda y en especial Laguna Colorada, albergan una rica fauna  en especial de aves.
                            En cuanto a su clima, en invierno (mayo a agosto) es seco; llueve mayormente durante el verano (diciembre a abril). La temperatura promedio es de 3 °C y la precipitación media anual es de 65 mm. Las temperaturas más bajas se registran durante los meses de mayo, junio y julio.
Características del área
                             La reserva se encuentra ubicada en una región con relieve irregular con extensas planicies y mesetas flanqueadas en el oeste por un cordón volcánico, la Cordillera Occidental, cuyo mayor exponente es el Volcán Licancabur, y por serranías fuertemente plegadas. La extensa reserva culmina sobre la falda noreste del imponente Volcán Licancabur; a dos tercios de altitud de dicha ladera, a 5415 m.s.n.m., se encuentra el punto más sudoccidental de Bolivia, por donde pasa la línea fronteriza con Chile.

Entre sus principales picos, además del Licáncabur ( 5916 m.) , están otros como
el Sairecabur - 5 981 m., Putana - 5 776 m., Chijilla - 5 709 m., Callejón Chico - 5 708 m., Aguas Calientes - 5 684 m., etc.
                       En cuanto a su flora, existen por lo menos 190 especies de plantas y árboles que crecen en un ambiente extremo. Las especies se han adaptado a las condiciones severas de salinidad, falta de agua dulce, temperaturas bajas y escasez de nutrientes. Está caracterizada por la fuerte presencia de pastizales de gramíneas (paja brava) que en algunas llanuras y laderas forman semicírculos. En sitios de mayor humedad se pueden encontrar plantas de Thola (tholares) y, en ciertas quebradas rocosas (entre 4 300 y 3 700 m.s.n.m.), la keñua, asociada en algunos casos a grandes cojines de llareta (Azorella compacta), la cual crece lentamente (1 a 3 mm/año) sobre afloramientos rocosos. Los habitantes locales la utilizan como combustible para calefacción y cocina.
                        Su fauna se caracteriza por la presencia de especies singulares que se adaptaron a las condiciones extremas de vida de la región, algunas de ellas en peligro de extinción. En la reserva se encuentran 80 especies de aves, de las cuales las más representativas son las tres especies de flamencos que habitan en él: el flamenco andino, el flamenco chileno y flamenco de James, uno de sus principales atractivos. También se encuentran gansos andinos, halcones, patos, el ñandú pequeño (ave parecida al avestruz, sin capacidad de volar), además de especies en peligro de extinción como el cóndor andino y la keñua, las cuales se encuentran protegidas en la reserva. También hay 23 especies de mamíferos que prosperan en la reserva entre los que se encuentran: vicuñas, pumas, zorros andinos, y vizcachas.

Amenazas
                       Sin duda, y lo vivimos “ in situ”,  el turismo desorganizado y poco sensible es una grave amenaza. Los jeeps campan por doquier y alteran la vida de la fauna, flora  y  relieve. Junto a esto, las explotaciones mineras  sin control  medioambiental son la otra gran amenaza.
La Reserva Eduardo Abaroa es una de las regiones bolivianas con mayor depresión desde el punto de vista económico, debido a su topografía escarpada y su ubicación remota. La belleza de la reserva atrae un gran número de turistas; sin embargo, este turismo se encuentra mayormente sin regular y desorganizado. La mayoría de los visitantes que hacen el largo viaje hasta la Reserva Eduardo Abaroa cada año recorren el parque en vehículos con tracción en las cuatro ruedas, manejados, en algunos casos, por guías turísticos sin capacitación apropiada. La reserva cuenta con un Reglamento de Operaciónes Turísticas​ específico.  Estos vehículos perturban la vida silvestre y destruyen paisajes sensibles. La falta de baños contribuye a la contaminación causada por desechos humanos, que afecta a la reserva. La minería y las prácticas granjeras inadecuadas también plantean problemas para los valores biológicos, ecológicos e históricos del área. La minería es una industria importante en el parque y sus zonas aledañas, con unas 61 concesiones mineras activas dentro de los límites de la reserva. Tanto la contaminación proveniente del vertido de las minas como la alteración física del paisaje afectan la integridad de la Reserva.