domingo, 26 de agosto de 2018

LA "CARRETERA DE LA MUERTE EN BOLIVIA ( " LA DEATH ROAD" )


                       ACTIVIDAD; Mountainbike  . Manuel Alonso. 20 de agosto, 2018
                           El Camino a los Yungas, también conocido como la “ Death Road “ (Carretera de la Muerte), es un camino de aproximadamente 65 km , que une la ciudad de La Paz y la región de Los Yungas, al noreste. Célebre por su peligro extremo y el número de muertes en accidentes de tránsito, en 1995 el Banco Interamericano de Desarrollo la bautizó como el camino más peligroso del mundo.
Historia
                             Parte de esta carretera fue construida con mano de obra de prisioneros paraguayos, durante la guerra del Chaco en la década de 1930. Es una de las pocas rutas que conectan la selva amazónica del norte del país, con la urbe paceña. Debido a sus pendientes pronunciadas, con un ancho de un sólo carril (3 m en algunos lugares), y la falta de guardarraíles, este camino se tornaba extremadamente peligroso. Actualmente se cuenta con una carretera más moderna y segura que conecta La Paz con Los Yungas que va hacia la izquierda  y que baja a la zona de Coroico En la zona son habituales la lluvia y la niebla, que disminuyen notablemente la visibilidad y  el piso embarrado y las piedras sueltas que caen desde las montañas, unido a la estrechez de la pista, la convierten en una carretera de sumo peligro, hoy en desuso y más que nada utilizada para actividades de tipo deportivo  (sobre todo a partir de 1990)
Características
El camino parte de La Paz, a 3600 m., y asciende hasta "La Cumbre" a 4650 msnm. Luego comienza el descenso de 3600 metros de desnivel en 64 km de recorrido. Al conducir por este camino debe mantenerse la izquierda, (es el único lugar de Bolivia donde se conduce conservando la izquierda, al igual que en países como el Reino Unido o Australia, el conocido "manejo a la inglesa") para que conductores que van a la izquierda, en caso de cruce, cosa que sucede muchas veces durante el recorrido, vean con mayor facilidad el borde del camino, que en casi todos los lugares de cruce es un abismo, llegando en un lugar hasta los 800 m en vertical. La ley indica que el conductor que conduce subiendo la cuesta (en dirección a La Paz) tiene prioridad  sobre el que baja (en dirección a Los Yungas), por lo que el vehículo que desciende debe detenerse cuando sube otro, para poder darle el paso.
RECORRIDO
Una hora en vehículo separa la Paz del paso de La Cumbre. El paso de la Cumbre, situado a 4700 m y rodeado por enormes picos rocosos de más de 5000 metros de altitud, es el principal paso rodado entre la capital y las Yungas (cuenca amazónica). Por él cada día circulan cientos de vehículos y camiones transportando pasajeros y mercancías (frutas, ganado, etc) hasta la capital. Una vez en la Cumbre, nos preparamos, nos equipamos, revisamos la bicicleta y nos vamos  carretera asfaltada abajo rodeados de los picos rocosos del Wila y del Kasiri, ambos de más de 5200 m. El descenso continua  hasta la entrada de un oscuro túnel en el que nos paramos  brevemente y lo rodeamos por una pista que lo bordea. Estamos sobre el km 15/16. Luego  llegamos hasta el control militar de Unduavi.  A partir de aquí, la carretera durante unos 4 kilómetros asciende ligeramente por lo que nuestro grupo( 4 personas), a instancias del guía y también por la neblina,  se sube al furgón hasta la entrada de la pista de tierra donde comienza la verdadera “Death Road”. Estamos a unos 3000 metros de altitud y por la izquierda nace la carretera nueva, acabada en el año 2000, por donde circulan los vehículos . Por la derecha, el inicio de la Carretera de la Muerte, por donde circulan los vehículos pesados y muchos autobuses (pues los puentes y viaductos de la carretera nueva no están diseñados para el paso de vehículos de alto tonelaje  .Paramos un poco más adelante para comer en un lugar donde hay varias construcciones muy sencillas. A la media hora, continuamos y ya por la pista que da “telele”, entre cascadas de agua, vegetación exuberante, barro ,… Empezamos a descender, rodeados por una densa niebla, los primeros kilómetros de la carretera. En este sector la pista está muy embarrada Cruzamos los pequeños poblados de Cotapata y Chuspipata  .En pocos kilómetros , entramos en la parte más impresionante de la carretera de las Yungas. La carretera se estrecha hasta tener un máximo de unos 3/ 4 metros de ancho. A la derecha tenemos un paredón rocoso donde cuelgan lianas y otras plantas tropicales y por donde caen numerosos saltos de agua, que a modo de cortina cruzan por encima la plataforma de la carretera; a la izquierda una caída vertical de 300 metros hasta el fondo del valle. Estamos en el sector de las cascadas de San Juán
                          Debemos circular aquí con mucha precaución, controlando cuando se acercan los camiones y parándonos en los pocos y pequeños entrantes que existen durante la ruta. Este es el tramo más espectacular y peligroso de la carretera. Durante su trayecto observamos numerosos signos de accidentes, multitud de cruces, placas, incluso restos de la chatarra de vehículos que cayerón por el precipicio.
                           Una vez superado este sector, continuamos por una pista menos expuesta. Estamos rodeados totalmente por un exhuberante  y húmedo bosque sub-tropical . El altímetro nos indica que  estamos a 1800 metros, y al  fondo, ya podemos observar  el pueblo de Coroico. Debajo de él, en el fondo del valle, la población de Yolosa, punto final de nuestro descenso.  Antes, nos paramos en un punto donde un señor muy amable y dichadachero nos ofrece un viaje en tirolina  para atravesar todo un barranco. La propuesta es tentadora pero decidimos seguir en bici. El último tramo es ya más sencillo y el piso de la carretera está en mejores condiciones por lo que tomamos una buena velocidad en algunos tramos.
                           Después de 64 km de descenso llegamos a Yolosa, pequeño poblado  y a un camping donde nos aseamos y comemos algo para a continuación regresar a La Paz en nuestra furgoneta. Nos esperan tres horas de carretera , tiempo en el que rebobinamos sentimientos , sensaciones, olores ,… Toda una “pequeña aventura”, sobre todo para el que escribe, que hacía tiempo que no manejaba una bici,…Si mi hijo me ve,….yo, que despotricaba de su “mountainbike”.



























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