SALAR DE UYUNI; UN MAR
BLANCO ENTRE EL CIELO Y LA TIERRA
El Salar de Uyuni es de esas
maravillas del planeta Tierra que todo humano debería visitar y disfrutar. En él, el hombre se siente
pequeño, ínfimo ante la grandiosidad de la naturaleza, se contagia de una
energía positiva que lo hace valorar la vida
respetando su entorno.
Formación
El área que hoy ocupa
este desierto estaba cubierta hace 40 000 años por el lago Minchinnota y posteriormente, hace 11 000 años, por el
lago Tauca o Tauka.
En este período había
fase de clima húmedo, con más lluvias que actualmente, estos protolagos
alcanzaban una cota de alrededor de 100 m por encima del nivel actual. Posteriormente
vino un periodo seco y cálido, que produjo una gran reducción de la superficie
y volumen de los lagos andinos, originando así los salares de Uyuni y Coipasa
además de las lagunas actuales. Los lagos Poopó y Uru Uru también son vestigios
de estos grandes lagos prehistóricos.
CARACTERÍSTICAS
Existen aproximadamente
once capas de sal, con espesores que varían entre menos de un metro y diez
metros. La costra que se encuentra en la superficie tiene un espesor de diez
metros. La profundidad del salar es de 120 metros, el cual está compuesto de
capas de salmuera superpuestas y barro lacustre. Esta salmuera se compone de
litio, boro, potasio, magnesio, carbonatos (bórax) y sulfatos de sodio. Un
mineral muy interesante es la ulexita, la «piedra televisión». Es transparente
y tiene el poder de refractar a la superficie de la piedra la imagen de lo que
está debajo. A este salar se lo considera como la mayor reserva de litio,
aunque es de muy difícil extracción por la falta de agua.
Considerado el mayor desierto de sal continuo
y alto del mundo, con una superficie de 10 582 km² (o 4085 millas cuadradas) y situado a unos 3650 m. en el suroeste de
Bolivia, departamento de Potosí, dentro
de la región altiplánica de la cordillera de los Andes.
MI
VISITA
A mediados de agosto, después de mis
aventuras montañeras y ante el temor de quedarme sin tiempo, me dispuse a
visitar el Salar, eso sí, de forma lo más libre posible. Esto es tarea difícil
pues las agencias tienen paquetes turísticos bastantes cerrados y a este lugar
sólo se puede acceder en “jeeps” concertados. Intenté hacerlo en grupo pequeño
y un guía lo menos ortodoxo posible. En total, seis personas y nuestro guía
Miguel. A Uyuni me desplacé en bus. Unas 10 horas saliendo de la Paz un sábado
a las nueve de la noche ( el bus salía a las ocho y media). La llegada fue a
las seis de la mañana con un frío que pelaba. De allí, la señorita que nos
esperaba nos llevó a una cafetería y luego ya en jeep, nos dispusimos a
realizar nuestro tour, unos tres días mínimo. Primero visitamos el poblado al
borde del Salar, Colchani, y vimos como se extraía y comercializaba la sal.
Luego nos adentramos ya en el salar y lo que vimos nos dejó pasmados.
Describirlo es imposible, mejor ver algunas fotos. Visitamos la isla del Inca,
Incahuasy (Isla Pescado), un trozo de tierra en la nada blanco, lleno de cactus
y que nos proporcionó unas vistas increíbles.
Por la tarde, seguimos nuestro camino y dormimos en una pequeña con
habitaciones de sal y/o paredes con este elemento y otras argamasas. Al día
siguiente, visitamos las lagunas de Cañapa, Hedionda, Chiarkota y Honda,
adentrándonos ya en el desierto de Siloli y en la reserva Andina de Fauna Eduardo Avaroa.