El
valle de Aguas Tuertas debe su nombre a la placidez de las aguas del río Aragón Subordán que
recorren este espacio.
El
valle es una antigua cubeta glaciar que
se colmató tras la retirada de
los hielos prehistóricos. El resultado final permite hoy contemplar como las
aguas que conforman el nacimiento del propio río Aragón Subordán se ven
obligadas a abrirse paso sobre praderías de intenso verdor, dibujando una
preciosa serie de meandros. Toda esta cabecera del valle, orientada en sentido
sudeste-noroeste, explicaría la localización de un conjunto excepcional de
pequeños dólmenes megalíticos perfectamente alineados, que guardan un claro
sentido mágico-religioso y astronómico que confirma la fuerte vinculación a la
naturaleza por parte de los habitantes de estos lugares unos cinco milenios
atrás.
Uno de
estos dólmenes, el Achar de Aguas Tuertas,
según cuenta la leyenda , fue morada de
una bruja que guardaba y vigilaba
este valle.
No hay comentarios:
Publicar un comentario