PARQUE NATURAL DE LAS ARRIBES DEL DUERO (1)
EL RÍO. RASGOS GENERALES
Arribes es el vocablo,
con “e”, que los leoneses, antiguos pobladores después de la expulsión de los
pueblos árabes, entre otros , repoblaron esta zona y sus aledaños, denominaban
a las zonas escarpadas que en vertical caían hacia el río. Estos acantilados
pétreos de granitos y de esquistos ( minerales que se fracturan en láminas ) en
algunos tramos, terminan en penillanuras
arriba que el hombre utilizó para sus actividades agrícolas y pastoriles. De
ahí, las numerosas majadas, cercas de piedra para el ganado , que existen al borde de los acantilados.
Los encajonamientos de los cursos fluviales hacen
de frontera natural entre España ( Salamanca/ Zamora) y Portugal. La Junta de
Castilla y León incorporó este territorio a su red de parques naturales el 11
de abril de 2002. El Gobierno portugués
hizo lo mismo con su parte algo antes, el 11 de mayo de 1998, bajo el nombre de
parque natural del Duero Internacional.
El 9 de junio de 2015 los dos
parques son declarados reserva de la biosfera transfronteriza por la Unesco
bajo la denominación de Meseta Ibérica, junto a otras varias zonas protegidas
españolas y portuguesas, destacando el parque natural del Lago de Sanabria y
alrededores en territorio español y el parque natural de Montesinho en la parte
lusa, así como distintos espacios de la Red Natura 2000.
Los grandes desniveles de su
orografía, el alto caudal del Duero y los numerosos ríos que en él desembocan,
convierten a esta zona en uno de los puntos de mayor potencial hidroeléctrico
de toda la península ibérica. Por ello, se fueron construyendo una red de
presas y embalses conocida como Saltos del Duero. Su peculiaridad orográfica es
además la razón de la existencia de un inusual microclima mediterráneo que
contribuye a la diversidad vegetal y convierte al parque en un lugar idóneo
para el refugio de la fauna salvaje, especialmente para las aves.
Su ubicación fronteriza, alejada de los
grandes núcleos de población y con escasas infraestructuras, ha propiciado un
continuo proceso de despoblación de sus pueblos aunque también ha permitido la
conservación de un amplio patrimonio histórico, cultural y natural, entre el
que destacan sus numerosas costumbres y tradiciones. En los últimos años, con
la creación del parque natural, se han realizado iniciativas inversoras
relacionadas con el turismo y el comercio minorista transfronterizo. Dentro de
los límites del espacio se localiza una interesante y bella localidad: la villa
de Fermoselle. Tras contemplar los restos de su recinto amurallado y las
portadas románicas de la iglesia de la Asunción, hay que recorrer sus estrechas
y empinadas calles a las que se abre un bien conservado conjunto de
arquitectura popular. A esto se le une, un laberinto de cuevas y pasadizos
excavados por romanos y otros moradores. Hasta hace poco, estas cuevas servían
de refugio para guardar los vinos que hoy en gran parte han dejado paso a la
pujanza de las olivas y su exquisito aceite.
El relieve.-
Los Arribes pertenece al dominio del Zócalo
Paleozoico y está constituido fundamentalmente por granitos y granodioritas.
Sus paisajes más bellos y escabrosos han sido formados por los ríos Duero,
Huebra y Uces. En el cañón de este último se localiza una de las cascadas más
bellas y espectaculares de toda la Península: el Pozo de los Humos, donde el agua
cae desde más de 50 metros.
Desde el punto de vista geomorfológico, los Arribes del Duero se
constituyen en una penillanura evolucionada, puesto que desde el Mesozoico a la
actualidad han actuado los fenómenos erosivos, arrasando esta zona emergida,
hasta hacer aflorar los materiales del zócalo paleozoico, constituido
esencialmente por rocas ígneas (granitos de diversos tipos, granodiorita y
algunos enclaves sieníticos), acompañadas por rocas metamórficas. Destacar en
esta penillanura el accidente topográfico producido por el profundo
encajamiento del río Duero y su red de afluentes (Huebra, Tormes, Agüeda, Uces
y Esla) que siguiendo fallas y grandes diaclasas existentes en la roca que han labrado los profundos tajos.
Flora y fauna.-
Este Espacio Natural resguardado de los vientos y con mucha
insolación, hace que las temperaturas medias anuales
sean suaves. Además , las heladas a lo largo del año son escasas y unas
ciertas condiciones de humedad (precipitación media en torno a los 700 mm/año)
ayudan a una característica flora. Todos estos rasgos dan lugar a una riquísima
comunidad vegetal, caracterizada por la gran abundancia de especies típicamente
mediterráneas, donde destacan cultivos impropios para esta latitud como: olivo,
vid, almendro, frutales. Junto al "arribe" propiamente dicho, aparece
la penillanura, destinada al cultivo del cereal, principalmente centeno, en
alternancia con pastos . Cuando la tierra de labor ha sido abandonada, se cubre
con el matorral en el que se intercalan enebros, encina, quejigos, alcornoques,
acompañados de gramíneas y labiadas.
En cuanto a la fauna , los
cortados y las formaciones de roquedos de las márgenes fluviales resultan el
biotopo más característico de este Espacio Natural, donde se localizan las
especies de mayor valor faunístico que se corresponden con las aves, especial
relevancia adquieren buitre común, águila real, águila perdicera, cigüeña
negra, alimoche, halcón peregrino, sin olvidar otras especies de interés como
águila culebrera, águila calzada, búho real, chova piquirroja, vencejo real,
roquero solitario, collalba rubia... Destaca también la presencia de una gran
riqueza de peces (barbo, carpines, bermejuela, boga, colmilleja, ...), reptiles
(lagarto verdinegro, eslizón ibérico, culebra de herradura, lagartija
colirroja, ...) y mamíferos (nutria, garduña, gineta, jabalí, zorro, ...). Por
el contrario la comunidad de anfibios está limitada por la escasez de agua,
siendo abundantes especies como el tritón jaspeado, tritón ibérico, rana común,
sapo corredor, sapillo pintojo, ...
El Duero
Tanto el Crucero Medioambiental de la Estación
Biológica Internacional que sale de Miranda do Duero como el que sale desde
la zona española, desde
la cercana Aldeadavila y Corporario, y más propiamente dicho desde la playa del Rostro, son opciones para
adentrarse en el río y ver sus tajos.
Pero estos cruceros tienen sus desventajas. Mucha gente y turistas, mucho ruido
y escaso disfrute ( o nulo) de la naturaleza. Por un módico precio, mil veces
mejor es coger y alquilar una piragua y adentrarse en la soledad del río y
disfrutar. Desde sus entrañas, el paisaje encajonado se abre poco a poco entre las aguas mansas. Los pajarracos disfrutando....alimoches, buitres , ...un espectáculo de soledad y pura naturaleza. Podremos ver incluso las casas de los guardas que en el pasado evitaban el comercio clandestino entre los países... Sendas perdidas que bajan hasta el mismo río por los cortados, sendas de cabreros como el famoso Antonio, cabrero que tiene una escultura en Aldeadavila. Un reducto que bien merece la calificación de espacio natural.
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