sábado, 5 de enero de 2013

El paisaje de las medianías del sur; ese gran desconocido. (1)





          Muchas veces hablamos de estas islas como un microcosmos, como un pequeño mundo dentro de un todo. Tenemos endemismos en fauna y  flora,  relieves y rasgos geomorfológicos  variados  y diferentes, diferencias entre islas  y dentro de estas y todo un mundo con acusados matices que nos hacen más “valiosos” y apetecibles para los que vienen de fuera. Conocemos el significado de términos como microclima y alabamos esa diferencia de una vertiente a otra, incluso de un valle o barranco al otro más próximo. Hablamos de nuestra variada y  rica gastronomía, cultura, costumbres, etc. pero pocas veces caemos en la cuenta de nuestra riqueza en cuanto al “paisaje humanizado”, ese que se define como la unión del hombre con el paisaje, su influencia en él y la de este en el hombre, influencia en su tez,  en su  carácter , costumbres, vocabulario, en su manera de trabajar , ser y vivir. Porque ,  y sin caer de forma tremenda en el determinismo geográfico, esta corriente se ve de forma clara en las medianías del sur  de Tenerife. En otras islas, aun siendo los límites otros, también se da. Pensemos en Garafía, Gallegos,…Pensemos en la Dehesa y su diferencia con Frontera, en Haría o Magues y su contraste con Arrecife o Puerto del Carmen,…
            En Tenerife habría que ampliar el espacio  además a las zonas altas, a las que están más lejos  de lo que yo llamo la “extranjería en casa”, ese  límite inferior  que  marca la autopista y todo su mundo circundante. De ahí para abajo, un mundo como otros en tantos sitios. Por encima , un microcosmos de paisajes, historias, sentimientos  y tantas y tantas cosas.
            Expuesta la idea, delimitada y acotada en el espacio, toca desarrollar el tema. Y nada mejor que comenzar por el paisaje de jable  que jalona ese sur, ese que comienza una vez que pasas los túneles de Güímar y subes hacia arriba. O mejor, ese que se encuentra pasado el mirador de D Martín. Güímar , puerta hacia el sur. Se  nos brinda un paisaje como el de Abona ,Adeje, Guía, pero  incluso aquí encuentras diferencias. Sus gentes sienten y padecen igual, se ríen de la misma forma, pero tienen vocablos muchas veces diferentes para las mismas cosas, comen lo mismo, pero muchas veces de diferentes formas, todo en el fondo lo mismo pero diferente. Hasta la tierra la trabajan diferente, aquí guataca, allá azada, aquí zahorra, allá jable, aquí la papa se arrienda, allá se planta de forma diferente,( no hay muchas veces los clásicos surcos), etc.
        Caminando y pasando por esas casas adaptadas al medio, casas con muros blancos, gruesos, encalados,  casas con mil y una historias, que sirven de refugio para el frio del invierno y  los calores del verano, paseando por patios con viñas, esas que en verano dan frescura pero que en invierno al perder las parras las hojas , dan claridad a las habitaciones, viendo esos lavaderos y puentes, obras de ingeniería que resisten al tiempo, viendo esos chaplones para sentarse y ver pasar el viento…es difícil aguantar la tentación de “pararse”. De disfrutar de  ese tiempo que aquí corre diferente, a otro ritmo, un tiempo que te embriaga y “ te para”. Del senderismo clásico pasas a desear el vivir esos espacios , a sentirlos, a interiorizarlos y entonces dejas de lado los horarios , sueltas el bastón de caminar y te olvidas de verdad que estás a pocos kilómetros del mundo común. Descubres  secaderos de higos, hornos de tea ,… pero también sentimientos. Valgan estas fotografías como una pequeña muestra de lo que nos podemos encontrar. Representan el inicio y el casi final del recorrido que en varios artículos pretendo hacer  de  ese sur  que tanto queremos los que nos hemos criado  en él o  cerca de él.
                                                                        Manuel Alonso.-


3 comentarios:

  1. Hola Manolo:
    Felicitaciones por tu blog, que me gusta mucho. Muy acertada la observación de la diferencia que marca la autopista entre el mundo de las medianias y el mundo de la costa. Creo que es muy sentida la descripción que haces de ese mundo agrario tan injustamente olvidado por el capitalismo salvaje. Se nota el cariño a estas tierras y gentes agerridas del sur. Un saludo cordial. Antonio

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  2. Hola; gracias por tu comentario, es un placer compartir ideas y sentimientos, saludos.-

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  3. Felicidades por el blog, me han enganchado los post. Esperaremos la próxima entrada.

    Suerte

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