Se acaba un curso y por las “imposiciones
de programación” ( de temario, etc..) me
falta tiempo para los temas que quiero que mis alumnos conozcan. Me llaman loco
por que les digo que me encanta el paisaje. Les contesto que si no amas y
entiendes el medio, no podrás ser plenamente feliz. Conocerlo, respetarlo,
valorarlo ,…y disfrutarlo. Un apartado
que se me quedó en el tintero en el tema
del medio canario y el sector primario , los trabajos de antaño
y entre ellos, uno desaparecido, el de los hombres que hacían, cuidaban y
sacaban provecho a un elemento natural tan preciado; la nieve. Los pozos de
nieve y todas las tareas que lo rodean es un
tema merecedor de conocer por nuestras
generaciones . Para ello, sin duda, debemos ir a una fuente de información primaria, básica, un estudio
serio y riguroso de Salvador Miranda, catedrático de la ULPGC, en su libro” Los
pozos de nieve de Tenerife”.
De la lectura de este libro referencial
se saca interesantes conclusiones de esta actividad que comenzó por el siglo
XVIII, siguió en el XIX y fue poco a poco desapareciendo en el siglo XX , hasta
la década de los 30 cuando los
artilugios para fabricar hielo
artificial se fueron generalizando.
Los
pozos de nieve eran huecos que se excavaban en el terreno para que la nieve se
acumulara de forma natural o por medio
de los hombres encargados de explotarlo que acumulaban la nieve ahí y luego la
compactaban para una vez tapada con paja generalmente, tenerla conservada para
su posterior y progresivo aprovechamiento. Los huecos eran generalmente
circulares , forrados o realizados con piedra natural a su alrededor y con una
escalera lateral a base de escalones de piedra que resaltaban por un lado
y que se disponían de forma helicoidal
para subir o bajar. Se hacían de forma general en la parte baja de las laderas
para facilitar su relleno.
Las primeras referencias nos llevan a la
Cueva del Hielo, por encima de Altavista, como lugar referencial para la
explotación del hielo pero por necesidades de la población que crecía en el S
XIX de forma rápida, se aconsejó la creación de otros pozos, en especial
en zonas de la Orotava y Arafo. En este municipio, en la
zona de la Caldera de Pedro Gil, se hicieron los primeros pozos hacia 1750.
Posteriormente se abrieron nuevos pozos cerca del Volcán de Arafo y en el
segundo tercio del siglo XIX según
Salvador Miranda, se realizaron los pozos de Izaña. En este municipio, señalaba Salvador Miranda la mayor concentración de pozos de
nieve de Canarias. Reseñar que en Gran
Canaria, los pozos eran explotados
por las instituciones .Este investigador
en su libro da interesantes datos sobre este tema. Así, constata que estos
pozos estaban en manos de particulares que los explotaban. Era un negocio
rentable sobre todo en verano. En 1777
la libra( al cambio 466 gr.) de
hielo se vendía a seis cuartos de vellón
y a partir de este año el precio que fijaba el nevero pasó a fijarlo la
autoridad local. Peones, pisoneros y muleros de la nieve eran oficios diferenciados
dentro de este negocio que fue
desapareciendo con el paso de la centuria .